Hueteño de Huétor Tájar hasta los ojos. Cantaor flamenco de la cabeza a los pies, o al revés. Garganta privilegiada, única. Y granaíno, por supuesto. Juan Pinilla presenta esta noche de jueves (21.30 h.) en el Teatro Isidoro Máiquez de CajaGranada su última obra, su disco-libro, su enorme espectáculo “Las voces que no callaron”. En él, el ganador de la prestigiosa ‘Lámpara Minera’ de 2007, dedica su arte y ‘presta’ su voz a los artistas comprometidos con la libertad y democracia.
Pinilla es así. Su enorme quejío, en el que añade aún más carácter e intensidad, no podía estar falto de un corazón grande, como él lo tiene. Su magnitud en el escenario es la extensión de su sentimiento. Sin maldad, sin rencores. Y sin tapujos. Su voz no puede callar. Igual que enfrenta la vida con una sinceridad y una alegría fuera de lo común. Siente lo que sufre, y su pasión la desparrama ‘sentao’ en una silla, con su grupo alrededor, con una entonación admirable.
Sí. Pinilla es así, un creador de la innovación. Y no se calla, y ahora quiere demostrar, a través de su garganta, que ha existido una implicación también política en el flamenco. No, Juan, Pinilla, no. Como tú dices “los flamencos no se van con el sol que más calienta”. Y demuestras con este trabajo que muchos de tus viejos ‘amigos’ tomaron parte de la República y de la democracia, además de la prisión, tortura y prisión que sufrieron.
No hay anestesias. Solo olvida el que no siente, o el que no ha vivido en sus carnes el terror antiguo y trasnochado. El compromiso social se demuestra y logra con acciones. Y tu legado queda plasmado en esta obra de arte. Con limpieza, sinceridad, sin tapujos, cara a cara y, siempre, con tu voz.
Tanguillos a Groucho Marx, versos de Edgar Alan Poe aflamencados, letras de Gregorio Marañón, recuerdo a José Saramago, y más, y más, y más. El Corruco de Algeciras, la Niña de los Peines, Manuel Vallejo, José Meneses o el Angelillo también son algunos de esos grandes a los que rinde homenaje. Está claro. Sí, hoy hay una cita con Juan. Porque no habrá en la vida nada como dejar de escuchar y sentir a Pinilla esta noche en Granada. ¿Y tú me dices maestro? Maestro eres tú.
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