lunes, 3 de octubre de 2011

¡Qué zorro el astuto juez!


Cada día se levanta uno con una sorpresa diferente. Unas para bien y otras para mal. Pero esta de hoy es nefasta. Cuando lo leí ayer me quedé de piedra. Por eso no reaccioné. ¡Tanto luchar contra la lacra que supone el maltrato en la sociedad y que todavía haya gente que se supone más que cualificada meando fuera del tiesto -disculpen la expresión-! Ahora resulta, según un juez de la Audiencia Provincial de Murcia, que llamar “zorra” a la esposa de uno no es un insulto, teniendo en cuenta, además, que luego no se cortó un pelo y le comentó a su hijo que la verían “en el cementerio, en una caja de pino”, que tampoco acarrearía suspensión ni delito ni nada que se le parezca.
No tiene ni pies ni cabeza. El acusado, que admitió haber insultado a su mujer, tenía antecedentes cuando fue juzgado por estos hechos, al haber sido condenado anteriormente por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. Su defensa, también muy ‘astuta’ argumentó que utilizó la palabra zorra para “describir la actitud de un animal que debe actuar con especial precaución”. El acusado tenía antecedentes cuando fue juzgado por estos hechos, al haber sido condenado anteriormente por un delito de malos tratos en el ámbito familiar.
Juan del Olmo, que así se llama el juez, que fue instructor del 11M y felicitado por ello por el propio FBI, esgrime como razones que la palabra zorra no siempre proyecta “desprecio o menosprecio a la dignidad de la mujer” porque tiene otras acepciones -como por ejemplo la de “persona astuta”- y que dicha palabra no es “expresiva de una posición de dominio o una exigencia de sumisión”.
Se da la circunstancia de que la Audiencia Provincial murciana ha emitido varias sentencias similares absolviendo a presuntos maltratadores, en las que se asegura que “para que se aplique la ley de violencia de género tiene que haber un componente machista; en el resto de casos tiene que aplicarse el código penal”, en un alto porcentaje de casos de este magistrado.
No es posible. “Llamar zorra a la esposa no constituye menosprecio o insulto si quien utiliza este término lo hace para describir a un animal que debe actuar con especial precaución”. Según la sala, esta palabra, utilizada en una conversación entre adultos, puede no considerarse ofensiva “si se hace para destacar la astucia de la persona”.
Si en verdad en el diccionario de la RAE una quinta acepción de la palabra “zorra” reza así: “Persona astuta y solapada”, en el diccionario de sinónimos y antónimos de Espasa, por ejemplo, zorra hace alusión o puede sustituirse por “raposa”, “vulpeja”, “alimaña”, “prostituta”, “ramera”, “fulana”, “puta”, “pelandusca” o “meretriz”. Del Olmo podría haber consultado aquí también para, ya que no lo tiene claro, haberle planteado alguna duda el ‘astuto’ argumentario presentado por la defensa del acusado, quien sólo tendrá que cumplir una pena de ocho días de localización permanente por una falta de amenazas leves, cuando un juzgado de Cartagena le había condenado anteriormente a un año de cárcel por un delito de amenazas. Claro, Del Olmo no aprecia en los hechos probados que “en el comportamiento del denunciado hubiera una situación de dominación sobre su mujer”. Para información adicional para el juez, en el mismo diccionario de sinónimos y antónimos de España, a zorro se le puede sustituir por “astuto”, “ladino”, “pícaro”, “sagaz”, “taimado”, “ingenuo”, “cándido” y “franco”. Elijan la que quieran para el titular de esta modesta columna. Lo dicho, y con perdón, ‘pa mear y no echar gota’.

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