lunes, 17 de octubre de 2011

Roberto, un ídolo comprometido


No cabe duda de que gran parte del éxito que pueda conseguir el Granada CF está en las manos, y si me apuran en los pies, de Roberto Fernández. El guardameta del conjunto rojiblanco está en su plenitud profesional y, para fortuna del histórico, formará parte de este equipo que va camino de marcar otra época nazarí. En lo que va de Liga, BBVA, ya ha dado muestras de su gran valía. Ya lo hizo la pasada temporada. Pero a sus cualidades como portero profesional –como pudimos comprobar por enésima ocasión ante el Atlético de Madrid este pasado sábado-, Roberto va más allá.
Este viernes lo pudimos ver en el Campo Miguel Prieto de la Federación granadina. Sí, ése día en el que ‘compiten’ los benjamines y alevines de toda la capital y provincia -como siete días antes la chavalería alucinaba con Dani Benítez entre ellos-. Y hago este comentario porque detrás del ‘ídolo comprometido’, al que los niños gustarían imitar en un futuro, se encuentran los padres y familiares. Hace poco, mi amiga Patricia Ramírez, psicóloga deportiva profesional, ahora en el cuerpo técnico del Real Betis, colgó en su muro de facebook unos consejos que entiendo son de lo más recomendables para las categorías inferiores.
Nos decía que debíamos “animar a los niños antes de la competición, recordándoles que lo importante es disfrutar, darlo todo y esforzarse”. Y apostillaba: “Si disfrutan y no tienen presión por conseguir un resultado determinado, lo harán mejor”. Animaba, además, a “mantener nuestro apoyo desde la grada y reforzarles siempre, sea el marcador que sea, incluso aún cuando la competición no haya salido todo lo bien que ellos saben. Y buscar algo que hayan realizado bien y comentárselo”.
Y también lo que no se debería hacer. “Agobiarles recordándoles los fallos que suelen tener o deben evitar”. Y no comprometerlos con frases como “ten cuidado con ese rival, que es más fuerte que tú”. Y reflexionaba en “fijarnos más en el resultado que en el esfuerzo que han puesto. Entrenan mucho y muy duro para que solo les juzguemos por una competición en la que están rodeados de presión”.
Entiendo que, a las edades a las que nos referimos, los niños deben formarse, educarse en lo deportivo y en lo personal, divertirse y no meterles más presión. Porque como dijo Pierre de Coubertaine, padre de los Juegos Olímpicos modernos, “lo importante no es ganar, sino competir”.

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